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sábado, 8 de abril de 2017

PREGONANDO

     Mañana volverá a lucir el Sol para los cofrades mientras se desgrana ante nosotros un nuevo Domingo de Ramos, con el que da comienzo otra Semana Santa. Por esta razón, hoy voy a contaros otra faceta de mi vida con la que disfruto mucho desde que empieza la Cuaresma.

     Hace más de veinte años y gracias a la confianza que depositó en mi la Tertulia Cofrade Azahar, comencé mi andadura como pregonero de la Semana Santa y del Rocío. Aunque debo añadir mi última exaltación dedicada a la Feria, que pronuncié en la caseta de la Asociación Amigos de las Sevillanas.

     Como ya he dicho, mi primer pregón fue pronunciado para la Tertulia Azahar, teniendo como escenario el altar mayor de la iglesia de San Luis de los Franceses, allá por el año 96. Ese año, la Tertulia no tenía aún buscado un pregonero, cuando su presidente me preguntó si yo era capaz de hacerlo. Sin pensarlo le dije que contara conmigo, gustó, y ese fue el principio de una larga lista de pregones que incluso me llevaron tres años después a repetir la experiencia para la misma Tertulia, esta vez en la iglesia de San Julián.

Pisa corbata con forma de bocina. Regalo de la Tertulia Azahar


     Durante esos años, mi prosa y, sobre todo mis versos, salieron de mi boca para exaltar nuestra Semana Santa en sitios tan dispares como las hermandades del Rocío de Sevilla, de Sevilla Sur o de Montequinto... En los barrios de Nueva Sevilla, San Julián o Pino Montano... En las Asociaciones de Rio Grande, tertulia Lirio y Bronce o Fundación Cruzcampo... Y pregones oficiales como el de la Semana Santa del pueblo de La Campana, que tanto cariño me regaló.

Uno de mis primeros pregones. Esta vez en la Hermandad del Rocío de Sevilla Sur


     De todos ellos guardo muy buen recuerdo, y me ofrecieron unos minutos cargados de vivencias y emociones que ya siempre estarán en un rinconcito muy cerca del corazón. Desde ese primero escrito a máquina y leído a trozos a mis compadres Alberto e Inma, hasta el último que desgrané con la ayuda del ordenador, y dedicado a la retirada como costalero de mi otro compadre Carlos, "el pollero".

     Pero es en estas fechas, mientras la Cuaresma deja paso a la semana más grande de Sevilla, cuando me vienen a la memoria retazos de todos esos pregones que afloran sus mejores versos en mi boca. Como curiosidad y recuerdo a mi primer pregón, todos ellos comenzaban dedicados a la flor de azahar, el mejor pregonero de lo que está por venir.

"Y es que cada primavera
Esa flor nos dice tanto,
Que vuelve loca a Sevilla
Desde su humilde naranjo."

     Como en todo pregón dedicado sobre todo a las emociones, y como sincero homenaje a los que me dieron la vida y me enseñaron a querer tanto a mi ciudad como a sus tradiciones, también recordaba la etapa más feliz de la vida.

"Qué suerte tenerte cerca
En mi amanecer cofrade,
Qué suerte ser nazareno
En los brazos de mi madre."

     Por supuesto, al hablar de mis vivencias, nunca olvidaba lo que mi costal había sentido.

"No hay quien sienta más fervor y más condena,
Que el que sufre por llevar tu canastilla,
Cuando pasas por las calles de Sevilla
Buena Muerte y a tus pies la Magdalena."

     También mencionaba el relevo que los hijos hacen a los padres en cada paso que la vida nos marca. En este caso, ya intuía el final de mi etapa costalera.

 "Mi niño tiene detrás
Cien caminos por andar
Vestido de nazareno.
Y yo tengo en mi costal
Cuando le veo pasar
Una chicotá  de menos."

     Y qué decir de tantas advocaciones a las que dediqué mi pluma para enaltecer un sentimiento que brota al reconocer su silueta entre el incienso que flota por cualquier calle sevillana. Entre todos ellos, especial recuerdo tiene para mi los versos dedicados a algunas imágenes que me estremecieron de forma diferente.

"Ay Cristo de bronce y lirio,
Señor de la madrugada,
Todo se pone de pie
Cuando pisas La Campana"


"Por eso tengo mi alma
En dos barrios enterrada,
Que si en Sevilla caminas
Tu te caes en Triana."


"Sólo dos veces al año
Cruza el río mi Esperanza,
Y él se siente costalero
Con su Virgen de Triana."


"Porque no hay mejor sonrisa
Ni habrá más amarga pena,
Que cuando vas por Sevilla
En tu paso, Macarena."


"Y en el Postigo florecen
Dos rosas por primavera,
La Caridad bajo palio
Y Piedad baratillera."


"Y en primavera florece
Con Sevilla de escenario,
Llevando un escapulario
Entre sus manos morenas.
 Qué bien le sienta la pena
A la Virgen del Rosario."


"Todo se transforma en llanto
Cuando vas cruzando el río,
Qué pena que el viernes  Santo
Todo se muera contigo."


"Cristo de las Cinco Llagas,
Siempre cada primavera,
Por Sevilla se me duerme
Y nadie me lo despierta."

     Mañana a estas horas, comenzarán las cofradías sevillanas su lento itinerar por nuestras calles sedientas de cera, y volverán esas imágenes que tenemos clavadas en los sentidos desde niños a robarnos alguna lágrima furtiva que algo muy raro en el pecho dejó escapar. Y yo seguiré pregonando cada vivencia que se me agarre a la garganta, para compartirlas con todo el que quiera sentirlas conmigo.

Mi "rincón de trofeos"





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